
“El estado creativo, es disponer de ese adentro del inconsciente y sobre todo de un pensamiento libre sin la influencia del pensar racional fijado a las secuencias que fundamentan cada paso, cada avance”
Fidel Maccio.
Por: Alexandro Guerrero
Co Relatos / Transformación Noticias dedica cinco entregas de esta sección, al libro: “Introducción al psicoanálisis del arte: Sobre la fecundidad psíquica” del Doctor Federico de Tavira a un año de su desaparición física.
Federico de Tavira (Ciudad de México 1950 / Ciudad de México 2019) se desempeñó a lo largo de su vida académica en varios cargos dentro de la Universidad iberoamericana. Entre otros, destaca su labor como profesor de desarrollo infantil. Como parte del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del DF, impartió la materia de “Psicología Criminológica”, también se desarrolló como perito psicólogo en casos criminológicos.

Organizó exposiciones como: “Aparatos de laboratorio en psicología y arte”, Intervino en cursos, seminarios y congresos con ponencias que ahondaban respecto a la relación del servicio social en la psicología clínica de “el niño y su mundo.”
Federico de Tavira, artista plástico, psicoanalista, especialista en psicología criminológica entre otras ramas, publicó en agosto de 1996: “Introducción al psicoanálisis del Arte: Sobre la fecundidad psíquica”, en una coedición de Plaza y Valdés, la Universidad Iberoamericana y el Instituto de Investigación en Psicología clínica y social.
Investigó acerca del desarrollo psicosocial del adolescente, la maniaco depresión como un vacío existencial y participó como psicólogo en programas de televisión a principios de la década de los ochenta en el canal 2 de Televisa y en el canal 13 en aquel entonces, televisora estatal al lado del maestro Luis G Basurto.
En el capítulo V de “Introducción al psicoanálisis del arte” Federico de Tavira busca esbozar a través de elementos propios de la mente fecunda; la personalidad del homoeroticus, como es llamado por Aristóteles, el artista.
Da cuenta en esta obra, el cómo se da a través de múltiples formas que en este texto ejemplifica y muestra, el universo recóndito y escondido del inconsciente respecto a la creación artística.

“Este sujeto excéntrico dotado de un talento y una originalidad que lo hacen sui generis y objeto de diversos atributos o críticas tanto por su peculiar estilo de vida como por su carácter y extrema sensibilidad, implica (como talento del artista), el desarrollo de funciones yoicas de un alto grado de organización así como de un potencial energético e intensidad impulsiva puestos al servicio de la producción erótica, es decir la generatividad de elementos transmisores de mensajes vivos altamente organizados y reveladores
Tanto de la realidad espejeada por el artista como de los rasgos particulares de originales que lo hacen un producto novedoso singular y enriquecedor serán consecuencia estas capacidades basadas en una personalidad con características tales como la ciclicidad. Características que consisten en oscilaciones que van de una cima que implica altos grados de organización con altos grados de excitabilidad catéctica y estados de clímax, hasta caídas a los abismos de la regresión desorganización yoica y ánimos melancólicos.
La ciclicidad se puede apreciar en diferentes áreas de la personalidad como son el pensamiento del artista, que alterna el pensamiento secundario respecto al primario para reorganizarse con su capacidad de síntesis, pensamiento divergente y originalidad en un objeto armónico y rico en símbolos y significados en el plano emocional que se alterna entre estados de ánimo deprimidos / caóticos y estados de euforia con elementos de éxtasis en los impulsos. Además oscila entre movimiento de catexias rápidas y periodo de alta densidad en el movimiento catéctico. En la descarga en la autonomía relativa del yo, el artista va de la dependencia del mundo externo como la contemplación o en la realización de la obra, para llegar a estados involutivos de energía acompañados de dependencia de los impulsos como lo es el retraimiento e involución narcisista.
Durante los momentos de inspiración e iluminación otras alternativas propias del artista son implosión/explosión, introversión/extroversión y regresión/progresión.
En segundo término, el Doctor de Tavira propone otro factor como propio del artista, se trata de la función cognoscitiva; la hiperestesia. La hiperestesia le dotará de peculiaridad sensitiva con bajos umbrales y una agudeza discriminativa de la cualidad y calidad de los estímulos. Pudiera decirse que una característica del artista es la sensualidad considerándola como un elemento puesto al servicio de la captación y el goce del mundo sensoperceptual. Dentro de la función cognoscitiva propia del artista, la atención difusa juega un papel fundamental ya que permite una percepción global que dispersa pero justo este rasgo le permite captar detalles imperceptibles o subliminales en el ambiente o en el objeto.
El pensamiento creativo o divergente permite al artista manejar y reorganizar el mundo conceptual y perceptual, así como el simbólico en forma amplia, profunda y flexible, favoreciendo al surgimiento de soluciones originales o productos innovadores.”