¡QUE CONSTE… SON REFLEXIONES!

POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.

VIENDO LAS NOTICIAS EN TELEVISIÓN un grupo de mujeres en un lejano pueblo de Oaxaca se alarmaron al conocer que dentro de un camión de mudanzas, en Estados Unidos, en Nueva York, se encontraron abandonados cerca de sesenta cadáveres que según investigaciones fueron abandonados por alguna empresa funeraria y claro que ahí, muchas de las mujeres estaban alarmadas porque sabían que sus maridos andaban en esos lares y no sabían, desde hace mucho, de ellos. Como dicen en los pueblos: “Las pulgas se les cargan a los perros más flacos” nada de aquello que son “felices, jodidos, pero contentos”, eso no es cierto en esos pueblos donde la muerte tiene su solemnidad, sus tratos, sus costumbres, su historia. La muerte es un claro ejemplo de que se llevó una buena vida y que tienen el chance de renovarse, y por ello, los ritos que se les hacen a los muertos son solmenes y a la vez frívolos, se realizan ceremonias donde las lloronas y las rezanderas dan rienda suelta a sus rezos y sus gritos, se reúnen las señoras a rezar el rosario y cantan y dicen el padre nuestro o el ave María y todas ellas están empeñadas en darle camino al muerto, mientras, en el otro lado, los hombres toman café o fuman o comen o toman trago y cuentan chistes y hablan riéndose de la muerte y de los muertos, chismean porque no tienen otro modo de expresar sus miedos y sus sentimientos, en  nuestros pueblos, los hombres deben ser machos y no lloran ni se lamentan ni explican, solo ríen como tratando de escapar de la muerte y ésta, los atrapa siempre…

Y ahora, ¿qué hacemos si ni siquiera sabemos si están muertos o vivos los viejos? La angustia las invade, siempre lo mismo, los hombres caminan y a veces nadie sabe a dónde los dirigen sus pasos, se van guiando los unos a los otros en busca de los trabajos y de lograr ahorrar algo para enviarles algo a los tatas y a las mujeres y niños. Pocos saben que doblados en las grandes plantaciones  van encorvados recogiendo las legumbres o los frutos y ni siquiera piensan porque se piensan se derrumban, no hay que pensar ni sentir, solo hacer las maniobras para recoger y llevar los productos sin entender lo que les dicen los güeros cuando les hablan y sonríen o se bajan la mirada o se muerden los labios para no protestar y callan, saben que cualquier gesto que indique sus sentimientos es motivo para que le avienten a la migra y la jodieron, porque hay que volver a pagar a los coyotes para pasar y regresar o vagar en la búsqueda de empleo, y ahora, como que sudando lograron lavar platos o hacer jardines o limpiar casas o andar en la construcción, pues nadie sabe dónde se trabaja y por cuántos días y se callan y no hablan, no porque no quieran, sino porque no conocen y ahí les agarran los males y la muerte les toma de sorpresa o se enferman y la pasan de la jodida y  solos sufren o mueren porque no hay forma de llegar a que les atiendan, no hay dinero y no pueden porque si lo hacen les cae la migra y nuevamente a penar y andar en la vil chía, y ahí, en verdad que se la juegan, la vida se juega porque no hay otro mecanismo, se vive o se muerte y esto es el temor y la desgracia de miles de “mojados,” de jodidos, de indocumentados, cuyo delito es el de la pobreza y el de no tener nada, ni siquiera la paz del último respiro y las mujeres y los tatas y los niño pues no sabrán si quedaron entre esos muertos amontonados en los camiones en ese gran país que tienen riqueza y poder pero no tiene ni alma ni corazón, abandonan a los jodidos en la vida y en la muerte…

Pues en cuanto recibían los dólares se tenía para algo y se guardaba en botes lecheros o en botellas y se escondían abajo del fogón o por ahí en algún lugar para cuando volviera el viejo y empezara a darle para hacer la casa y dejar la del jaral y las láminas y de vez en cuando llegaba la ropita para los niños y para las viejas y los tatas, ropas de paca, allá son baratas las garras y pues planchadas y lavadas dan el gatazo y se ven bien, pero ahora muchas están en silencio y rumiando sus ideas y recordando y rezando porque todo sea un cuento y no les toque la muerte a los viejos que nadie sabe cómo están ni dónde y ni modo de preguntar, a quién si nadie sabe a dónde fueron ni cómo andan en esos pueblos, todos son misterio como es el misterio de la vida y de la muerte, los pobres siempre andan en esos linderos, entre la vida y la muerte.

Las mujeres siempre se guían por las corazonadas y ellas saben, sienten cuando se han perdido los hilos entre sus hombres y ellas, poco se equivocan, es lo que se dice el sexto sentido, y van a la iglesia y rezan y llevan la cabeza tapada con el chal cuando van al molino del nixtamal por las madrugadas, antes de que se levanten los críos o los tatas y prenden la lumbre y el humito es como las almas, de poco a poco se van perdiendo entre los aires y los montes y los cielos, ahí se ven las mujeres y se chismean si saben algo, pero todo son rumores,, en los pueblos se viven los rumores y los chismes y cuando esto se van cumpliendo se conocen a los mejor informados, pero muchas veces se les tiene miedo, son los que dicen las verdades, las que hieren, las que sangran y lastiman, las que dejan las huellas del dolor y las arrugas de la cara que muestran los sufrimientos, y en cada uno hay una historia y una tragedia, jamás hay alegrías en el rostro, solo se evaporan las lágrimas y se van con los rezos y por eso las mujeres prefieren cocinar en los fogones, porque nadie se da cuenta de las lágrimas ni se leen los pensamientos, los humos son como los suspiros, también se van y ya no vuelven, se queman con el calor, el fuego es lo que limpia dicen muchos, pero ya ni el agua limpia, ni la bendita, ni el santo consuela… los viejos se han perdido, se perdieron de ese pueblo y nadie sabe nada, al paso de los días se van consolando las familias unas a las otras, se unieron cuando los viejos viajaron a los sitios ,juntos, cuando menos se acompañaron, se conocían y se daban ánimos, pero se perdieron como se pierden muchos en el mundo ,al final, la muerte, y esto significa el final, muchos dicen que esto pasa y que a los días se van esos recuerdos y todo siguen igual, pero no es cierto, cuando se rompen los lazos y no retornan los viejos pues es peor, no saber de ellos y todo queda en los chismes y los rumores, así es la vida y la muerte en muchos pueblos, nadie tiene certeza de nada más que de la muerte, y por ello, le rinden tantos ritos y tantos llantos…

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