Tejer oro y plata, de eso se trata principalmente el arte joyero de la filigrana, técnica ancestral que mantienen en el estado de Oaxaca talentosos maestros orfebres, verdaderos artistas capaces de crear minuciosamente piezas muy complejas mediante el hilvanado de finísimos hilos de metal cono los que se logran diseños que recuerdan al encaje.

            Aretes, collares y pulseras se manufacturan usando la técnica tradicional de la filigrana, pero también innovando diseños a los que, por ejemplo, se agregan pequeñas cuentas de piedras semipreciosas. El resultado son hermosas piezas de joyería que son muy apreciadas por los visitantes.            Sin embargo, la manufacturación de filigrana en Oaxaca es reducida porque son pocos ya los orfebres especializados en esta técnica.

            El oficio no es sencillo, pues la filigrana se trabaja desde la fundición del metal y su preparación en delgados hilos o finas láminas que luego deben ser perforadas con diminutos instrumentos hasta lograr formas rebuscadas mediante pequeñísimos huecos en el metal. Aprender esta manera de trabajar la plata y el oro requiere de gran dedicación e interés del aprendiz, pero también de paciencia y generosidad de algún avezado orfebre dispuesto a compartir sus saberes y los secretos resguardados en su taller. 

             Por fortuna, cada vez más se organizan concursos de orfebrería y talleres que tienen la finalidad de evitar la pérdida de esta tradición joyera, sin duda una de los muchos recursos que suman a la riqueza cultural de México. De oro o de plata la filigrana es una joya, pero también y sobre todo es arte que debe conservarse en Oaxaca. 

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