Aproximaciones al silencio (segunda parte)

Por: Tania Hélène Campos Thomas

Hay mucho que decir sobre el silencio, incluso el silencio habla, dice de sí. El psicoanálisis se ha ocupado de recorrer los bordes del silencio, siempre con cuidado, instalándolo a hablar, sin irrumpir y, lo que es más importante, sin interrumpir: la palabra del otro se asoma cuando el terapeuta calla, cuando usa el silencio (su propio silencio) como herramienta de disuasión. Cuando el silencio de uno invita al otro a manifestar lo que resguarda se hace la palabra, se nombra, se fragmenta el silencio: aparece, sí, en pausas.

Sin embargo, el silencio es enigma al que se acercan también otras  disciplinas, desde otro lado, con otros métodos, aunque con la misma intención de encontrar en el silencio lo que no se dice y lo que se dice. Uno de los filósofos que se ha dado a la tarea de desmenuzar al silencio es Luis Villoro. Comienza su disertación señalando que cuando los griegos quisieron definir al hombre lo nombraron animal provisto de palabra, aludiendo al lenguaje discursivo que permite a los seres humanos referirnos al mundo en su ausencia, es decir significándolo, representándolo mediante los signos que son las palabras y que en este proceso se vuelven símbolo; como diría otro filósofo, Wittgenstein,” el lenguaje figura el mundo”.

No obstante, no sólo las palabras significan: lo hacen también los gestos, lenguajes distintos como el de la música y la danza, el arte en general, y, como indica Villoro, el silencio. ¿Pero qué es lo que significa el silencio? En primera instancia, el silencio indica ausencia de palabras, pero no es vacío por completo porque de serlo no tendríamos la certeza de que hay silencios que hablan o gritan, esos que aparecen en lugar de la palabra esperada, los que muestran el asombro o el azoro cuando literalmente nos quedamos sin palabras porque lo que hay que decir rebasa el continente de signos: indica entonces algo más que la palabra que intenta suplir sin lograrlo por completo.

Esta definición concede al silencio connotaciones metafísicas y existenciales, viene así a ser el símbolo de lo que no se puede o se ha decidido no decir.  ¿Qué quiere decir el no decir nada en un caso particular concreto? Sería tan difícil codificar a “priori” un significado del no decir nada en general, que es mejor ver qué significa el hecho de que alguien, en un momento determinado, no diga nada. Los tiempos y los problemas cambian, pero el silencio de muchos infelizmente perdura: el silencio utilizado como instrumento de poder es el significante del miedo, de la inseguridad y de la desconfianza. Si el silencio es un significado, éste asignará qué es lo que hay que callar.

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