#Opinión El ritual de la cuarentena

Por: Atenea

La diosa Hestia es la que tiene el don de estar consigo misma. Es la diosa de la introspección, de los rituales, del autoconocimiento.

Hestia es la diosa vigilante del fuego del hogar. No el fuego que destruye, sino el que da calor, el que nutre y purifica. Diosa de los templos; de nuestro templo interior. Diosa de la esperanza.

¿Te das cuenta que todo eso es lo que tenemos la oportunidad de retomar ahora que estamos en casa?

La tierra y la vida que la habita hizo un alto por voluntad propia, para darnos ese regalo; el regalo de un tiempo para la introspección, para volver a mirar, a oler y sentir lo que hay dentro del hogar. Para volver al núcleo, al pequeño espacio donde no hay escapatoria.

Estás contigo o estás contigo. Estás con los tuyos o lo estás.

Hestia, diosa del fuego. Imagen: Mitos griegos.

Hestia es la hermana mayor de Zeús -el dios de dioses-. Fue la última en salir del cuerpo de Cronos, su padre, porque fue la primera a la que se tragó, de acuerdo con la mitología griega.

Ella rechazó un lugar en el Olimpo y pidió como una manera de que los humanos conocieran y veneraran a Zeus, se le permitiera estar entre los peregrinos del mundo.

Es la diosa de la intuición, la que opera cuando sucede algo que sabíamos que ocurriría; lo que llamamos presentimiento.

Hestia es la mujer que carga mucho, pero que carga solo lo que quiere.

Ahí está el otro regalo que se nos da en estos días de pandemia e incertidumbre; la oportunidad de recordar que ya no debemos cargar lo que no queremos.

El mito de Hestia nos ayuda a conocer muchas cosas que vivimos y no sabemos de dónde surgieron: El hombre construye la casa y la mujer llega a ella con el fuego. Así, esa ya no se llama casa… se llama hogar. El novio debe cargar a la novia desde el umbral hasta el centro de la casa para presentarla a los dioses.

Hasta nuestros días, no existe ceremonia religiosa importante o ritual de la creencia que se quiera, en que no estén presentes el fuego y el vino, que son los ingredientes para sellar un pacto, una purificación.

Cuando Prometeo, que fue un personaje mitológico fundamental, regaló el fuego a los hombres, estos se volvieron soberbios y se olvidaron de agradecer a los dioses.

Eso es lo que nos está pasando. Nos hemos olvidado de mirar de verdad al otro con fuego, es decir, con calor. Nos hemos olvidado de estar con nosotros y de darle el valor que merecen las pequeñas cosas. Nos hemos olvidado de agradecer y cuidar a la tierra que es la que nos alimenta. Nos hemos olvidado que dentro de nosotros está todo lo que necesitamos, de manera que no hay razón para explotar sin piedad ni amor lo que hay afuera.

Hay una diosa Hestia dentro de cada uno de nosotros; hombres y mujeres, que sabe que el hogar es el centro del universo.

¿Cómo invitas a Hestia a tu hogar interno? Prende una vela, bebe una copa de vino y encuentra toda la riqueza que hay en ti. Agradece y comparte con tu pequeño núcleo y sella el pacto de nunca volver a abandonarlo.

Nos duelen las muertes, sí, pero no debemos centrarnos sólo en eso. Aprovechemos la oportunidad de reencontrarnos, pues hemos vivido distraídos mucho tiempo; fuera de nosotros y fuera de hogar. Por eso la realidad dijo ¡Basta, vuelve a ti!

Así que despidamos con amor a los que se van, y volvamos.

Es una forma de que la cuarentena sea un espacio para sanar. Es un regalo.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: