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Oaxaca es el estado con mayor diversidad étnica de la República Mexicana. Según la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI), en el territorio de esta entidad habitan quince pueblos originarios y uno afroamexicano, cuyos integrantes se distribuyen en 434 municipios indígenas en ocho regiones. Que la mayor parte de la población oaxaqueña sea indígena (aproximadamente el setenta por ciento) implica también una importante diversidad lingüística: las quince lenguas habladas por los miembros de los pueblos originarios en el estado derivan de cinco familias lingüísticas y tienen 176 variantes.
Los pueblos originarios que hacen que Oaxaca sea considerado como un estado multiétnico son: Amuzgo, Cuicateco, Chatino, Chinanteco, Chocholteco, Chontal, Huave, Ixcateco, Mazateco, Mixe, Mixteco, Náhuatl, Triqui, Zapoteco y Zoque. Los afromexicanos de Oaxaca habitan en la Costa Grande y fue necesario reformar el Artículo 16 de la Constitución local para hacer efectivo en términos jurídicos el reconocimiento de esta población, lo que ocurrió en 1998.
Cada uno de los pueblos arriba mencionados brindan Oaxaca el colorido y la variedad por el que se le conoce internacionalmente: bordados, artesanías ornamentales y utilitarias, platillos y bebidas, música y danzas. Sin embargo, la diversidad étnica que favorece a este estado es mucho más que eso: los integrantes de cada pueblo reproducen su consmovisión, es decir la manera de vivir, de comprender, de habitar, de cuidar, de relacionarse, de creer, de confiar, de ayudar, de hablar, de escuchar, de curar, de morir. Oaxaca es entonces muchos mundos.